Asistimos en los últimos tiempos a un goteo constante de noticias que alertan de la falta de mano de obra en el sector de la construcción. Los perfiles operativos escasean y las empresas se están viendo cada vez más desbordadas por la situación. La construcción prefabricada consigue esquivar esta problemática.
Entre 2008 y 2021, la ocupación en el sector se ha reducido en más de 1 millón de personas, las vacantes no han dejado de crecer y los menores de 30 han bajado del 25% en 2008 al 9% actual, según el informe del Observatorio de la Construcción.
En este escenario, las opciones que requieran de menor mano de obra operativa están ganando enteros entre promotores y empresas de construcción.
El uso de elementos prefabricados de hormigón suple en gran parte este problema: el montaje in situ requiere de mucho menos personal que una obra tradicional y además los plazos de ejecución de la obra se acortan considerablemente, precisando por tanto de menos personal y durante menos tiempo.
La construcción prefabricada se ha erigido como la opción más económica desde hace años por varios motivos. En primer lugar, el uso de recursos es muy inferior y las piezas se pueden fabricar en serie, lo que reduce considerablemente su coste y, por tanto, su precio.
Otro de los motivos es, como hemos señalado, que requiere de un menor número de personas trabajando in situ respecto al sistema de construcción habitual. Aunque los perfiles profesionales son los mismos y la construcción con prefabricados de hormigón requiere también de albañiles, capataces y jefes de obra, lo cierto es que el número de vacantes es menor.
Esto implica que sea más sencillo y rápido conseguir el equipo completo que pueda llevar a cabo una obra de cierta envergadura, agilizando plazos y reduciendo costes para todas las partes implicadas en el proceso.
Y como guinda del pastel, ante condiciones climáticas complicadas de frio o lluvia, el personal de una construcción industrializada con prefabricados podrá seguir trabajando al contrario que en la construcción tradicional.
La formación, indispensable
Otro punto a tener en cuenta al optar por la construcción prefabricada en lo que a la mano de obra se refiere es que en caso de necesitar una formación para adaptar a la plantilla a la nueva operativa, será necesario formar a menos personas de las que se necesitarían para llevar a cabo una obra con el sistema tradicional de construcción. Y sobre todo que esta formación es mucho más rápida y sencilla que la formación, práctica y experiencia que requiere un albañil tradicional.
Las operaciones en la construcción prefabricada son más limitadas y el proceso formativo y de adaptación es por ello, mucho más breve. Esto también permite que se puede formar a personas con una experiencia o formación diferente a la requerida inicialmente, permitiendo el reciclaje de profesionales y facilitando la cobertura de vacantes.